Cuadros verticales

Cuadros de diseño vertical de todo tipo de temáticas y para todos los gustos, así como realizados en diversas técnicas artísticas. Un recurso ideal para decorar paredes en las que dispongas de poco espacio disponible, al menos en lo que al ancho se refiere. Originales cuadros largos que plasman imágenes dispuestas en vertical que podrás colgar en cualquier rincón libre de la pared, aprovechando su escaso largo. Todos ellos presentan un original diseño en el que su alto es mayor que su ancho, lo que les confiere un llamativo aspecto y una gran dosis de personalidad.

Cuadros verticales: Más información

Cuadros de diseño rectangular con disposición vertical para decorar la pared sin acaparar un excesivo protagonismo visual.

Cuadros verticales para todos los gustos que te permitirán decorar la pared sin ocupar apenas espacio en la misma, al menos en cuanto a su largo/ancho (su nomenclatura puede variar, dependiendo de la persona) se refiere. Cuadros de forma rectangular con imágenes dispuestas principalmente en vertical.

Dentro de estos lienzos artísticos puedes encontrar cuadros verticales digamos… moderados (de dimensiones más o menos habituales) y otros mucho más llamativos, en los que su altura puede llegar a alcanzar o incluso a superar el metro y medio. Esto da lugar a espectaculares resultados visuales, especialmente aptos para los/as amantes de la decoración más atrevidos/as. Y es que un cuadro marcadamente vertical no pasará desapercibido para nadie, eso sí, siempre en el buen sentido. Los lienzos y pinturas verticales son un recurso decorativo cada vez más demandado en interiorismo por su evidente capacidad para llamar la atención y lograr fascinantes y estéticos resultados. Y es que a todo el mundo le sorprenderá, por ejemplo ver la silueta de una persona o el dibujo de un arbusto plasmado, casi a tamaño real, sobre un lienzo muy alto. Ejemplos que, dicho sea de paso, puedes encontrar entre esta selección de cuadros verticales.

Un cuadro vertical lucirá muy bien tanto en la entrada de casa como en el salón-comedor, o incluso en un vestidor, otorgando en todos los casos a la estancia un toque de personalidad, algo siempre necesario para poner la guinda de oro a todo tipo de decoraciones, independientemente de cuál sea el estilo por el que aboguen.