Inspirado en la famosa y paradisíaca isla mediterránea, y lejos de pasar de moda, el estilo de decoración ibicenco sigue en claro auge, especialmente en aquellas diseñadas para disfrutar del verano y de las vacaciones en general.
Las decoraciones ibicencas aúnan con buen gusto lo mejor de los estilos vintage, hippie y mediterráneo, y destacan por encima de todo por el poderoso y romántico dominio del color blanco, con el que se confiere a las casas armonía y elegancia. Un tono blanco presente tanto dentro como fuera de las viviendas, que potencia la luz natural y la sensación de amplitud en las diferentes estancias y que ayuda a jugar con complementos de colores para lograr ambientes muy atractivos y personales.
En los muebles, los materiales más utilizados son la madera de acabado natural (presente muchas veces en el techo en forma de vigas) la forja y el mimbre, materiales puros con el objetivo de dotar a las casas de una hechizante atmósfera natural. Las formas estos muebles son más bien sencillas, sin diseños rimbombantes, estridentes o excesivamente ornamentales. Líneas sobrias y puras que fomentan la paz y el relax en el hogar.
La piedra también suele estar presente en elementos como la bañera, el lavabo o incluso en las propias paredes, con el fin de templar la temperatura de la casa, dotándola de frescura en verano y calidez en invierno.
En cuanto a los artículos textiles (ropa de cama, alfombras, manteles, cojines, cortinas…), lo recomendable es apostar por fibras naturales y frescas, como el algodón o el lino, aunque las alfombras de esparto son también un recurso muy empleado para dar un toque bohemio y rústico al dormitorio o a la sala de estar.
Las plantas también juegan un papel importante tanto en los balcones o en la terraza como en el propio interior de la casa. Con ellas sumaremos más frescura si cabe, además de un siempre agradecido toque de color. Pueden estar dentro un jarrón o maceta en el salón-comedor, en el cuarto de baño, en el recibidor…
Otro recurso muy interesante es colocar una silla colgante o balancín en la sala de estar o el porche, que te ofrecerá la posibilidad de balancearte suavemente mientras disfrutas de un agradable tiempo de relax y/o lectura a la fresca.
Por último, podemos aportar más personalidad la casa con cuadros y otros elementos de temática marinera, como un timón, una cuerda de pesca, conchas, etc. que pongan la guinda de oro a la decoración.