Empleados con moderación y colocados con buen gusto, los espejos decorativos son una de las joyas de la corona del interiorismo actual. Además de dotar de personalidad al hogar, gracias al efecto óptico de su cristal, potencian la sensación de espacio, luz y profundidad en cada habitación. Pero no solo eso, también son capaces de transmitir un cierto orden a una estancia. Por ejemplo, un espejo colocado justo sobre la consola del recibidor dará como resultado una composición equilibrada en la entrada de la vivienda, además de permitirte echarte un último vistazo antes de salir de casa, lo cual, para qué negarlo, siempre es de agradecer,
Lo mismo ocurre en el salón. Un espejo grande ubicado encima del aparador, de la cómoda o, en definitiva, del principal mueble de almacenaje de la estancia formará igualmente una estética composición. Para ello, lo más habitual es optar por un espejo rectangular, pero también puedes optar por cualquier otra forma o diseño: cuadrado, redondo, poligonal, irregular…
Otra opción muy a tener en cuenta es colocar un par de espejos del mismo modelo, o incluso un trío, aunque en este caso es mejor hacerlo directamente con espejos cuadrados para conseguir un atractivo y armónico resultado.
Donde obviamente no puede faltar un espejo es en el cuarto de baño, donde, si bien lo normal es colocar un espejo lo más grande posible y sin marco, también es cada vez más frecuente, sobre todo en baños pequeños, optar por un espejo acorde a su dimensión con un bonito marco tallado de forma clásica, un sencillo marco de aire minimalista, o bien de madera envejecida para dar un toque retro, o incluso de metal para brindar al aseo un desenfadado estilo industrial.
Y es que, en cuanto a estilos, el abanico de opciones es tan amplio como los gustos de cada uno/a. Los espejos coloniales (realizados generalmente en madera de color nogal), como todas las piezas de esta tendencia, suelen ser una apuesta segura, sobre todo si lo que pretendemos es dar un aire cálido al ambiente. Los espejos vintage, probablemente la opción más de moda, son ideales para crear decoraciones eclécticas. Lo cierto es que resulta muy difícil resistirse al encanto de sus efectos decapados, patinados y avejentados en general. Algo muy similar ocurre con los acabados oxidados de los espejos industriales, muy empleados en ambientaciones tipo loft neoyorquino.
Respecto a estos últimos, cada vez tienen más demanda los que reproducen el diseño de las clásicas ventanas con cuarterones, generalmente realizados en madera y/o hierro.
Además, están los espejos isabelinos, los barrocos, los arabescos, los realizados con marco de espejo, de agua o de plumas… Hay tantos para elegir y, con ellos, tantas posibilidades decorativas, que resulta muy difícil decantarse por uno/s u otro/s. ¿Nuestro consejo? Estudia bien el entorno, toma medidas y aplica tu buen gusto y sentido común. Seguro que acertarás.