El estilo rústico: calidez y encanto

Característico por su amplia variedad de acepciones, el estilo rústico destaca por encima de todo por su calidez.

El estilo rústico en todas sus variantes, pero sobre todo en la más campestre, posee tanto encanto que ya no solo se queda en las casas de campo, sino que cada vez se integra con más frecuencia y éxito en todo tipo de viviendas, incluyendo pisos urbanos o apartamentos de playa. En este artículo, además de sugerirte nuestros muebles rústicos, te damos algunas claves y consejos a tener en cuenta para crear una ambientación de ensueño.

El estilo rústico: calidez y encanto

El estilo rústico es uno de los más ricos que puede haber en el sector del mueble y la decoración. Y es que el término ‘rústico’ abarca un amplísimo abanico de significados. Con él podemos referirnos al igualmente denominado estilo colonial, pero también al estilo vintage, industrial, country y un largo etcétera de acepciones alternativas, por lo que obviamente suele generar bastante confusión.

En este artículo nos referimos al estilo rústico en su variedad más campestre, es decir, al que apuesta por los materiales naturales e imperfectos, al de las típicas casas de campo que son capaces de conquistarnos y atraparnos con su indiscutible encanto y calidez, una tendencia que cada vez con más frecuencia se adapta a pisos y apartamentos de ciudad y playa con elegancia y sofisticación.

Dentro de nuestra oferta de muebles rústicos puedes encontrar una gran cantidad de piezas acabadas en color nogal mate o satinado al más puro estilo colonial, pero también y sobre todo una enorme variedad de mobiliario realizado principalmente en diferentes variedades de madera (abeto, pino, mindi…) con efectos decapados, patinados y avejentados. Te recomendamos echarle un ojo para descubrir desde preciosas consolas para el recibidor hasta grandes aparadores para el salón o la cocina, pasando por vitrinas, mesas de comedor, mesas auxiliares, sillas, taburetes, etc.

Estos muebles son la base sobre la que suele asentarse una ambientación rústica, pero también hay que tener en cuenta bastantes más aspectos. Uno de los más importantes es el color. En las decoraciones rústicas predominan los tonos crema, beige, marrones y cálidos en general, sin renunciar al atractivo contraste que puede ofrecer el blanco u otras gamas cromáticas en los complementos textiles (cojines, cortinas, alfombras, tapizados, ropa de cama…). Para estos, es recomendable el uso de fibras naturales como el algodón, la lana o el lino, apuestas siempre seguras para dar un aire más acogedor y confortable a las diferentes estancias de la vivienda.  Asimismo, el hierro forjado, sin ser imprescindible, es un material muchas veces empleado para la confección cabeceros de cama y patas o estructuras de mesas y estanterías, incluso para los marcos de algunos espejos.

La piedra natural es un recurso muy bonito para una o varias paredes, mientras que las vigas de madera vista son una opción excelente y de hecho muy característica para decorar el techo. Y hablando de naturaleza, no olvides incorporar algunas flores y plantas que, además de dar un hermoso toque de colorido, aportarán vida y frescura a la casa.

En cuanto a los artículos de decoración, sin pasarse nunca para evitar recargar las estancias, la incorporación de elementos como los cestos de mimbre o ratán, pufs trenzados, jarrones y cuencos de terracota o las cañas de bambú son solo algunas opciones que te permitirán poner la rúbrica perfecta a una ambientación rústica en su más pura esencia.